Machista sería la palabra que mejor me define. ¿Cuál es el problema con ello? No encuentro ninguno, pero a veces recibo la siguiente pregunta: "¿Una mujer machista?". Sí, una mujer machista.
¿A qué viene esto? Este sexismo que me caracteriza me impulsa a tener como dogma "Las mujeres no saben ni pueden opinar de fútbol". Acá es donde los problemas aparecen, porque el fútbol es una de las cosas que más me gustan en este planeta. Junto con el tnnis. Junto con el fútbol americano. Junto con muchos otro deportes.
¿Hablo yo de estos deportes con hombres? Ahora, sí. Antes, me reusaba. Escuchaba opiniones, absorvía conceptos, aprendía, pero todo sin emitir un sólo comentario. ¿Por qué? Machismo puro.
Con el tiempo comencé a "soltarme". Comentario a comentario, me auto-saqué la categoría de "típica mujer". Tanto, que abundan las oportunidades en las que las mujeres me aburren, y yo a ellas.
Quiero redimirme con las pocas "atípicas mujeres" por ponerlas en la misma bolsa. El error es mío y de mi machismo femenino. ¡Enhorabuena si están ahí! Ojalá esta especie no se extinga.
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