Poker de clásicos

Jamás fui gran fan de la liga española. De todos modos, mi tendencia fue siempre más merengue que blaugrana. El presente me hizo cambiar de opinión.

Las recientes presentaciones del Barcelona me llevaron a reflexionar. Posteriormente, a sacar algunas conclusiones: el Barça (y nadie más que el Barça) hizo que deje de ver al fútbol como “un deporte” para que comience a considerarlo un arte, una obra de arte. Armónico, vistoso, atrapante, son adjetivos que uno utilizaría para definir un cuadro, una pieza musical, un libro. El Barcelona, siendo “sólo un equipo de fútbol”, es eso y mucho más.

Cada vez que esos 11 artistas (y Pep Guardiola) se juntan, el mundo entero se paraliza para estar atento a la próxima obra de arte que se está por exponer. Nadie quiere perderse el show.

Esto fue lo que me obligó a ser más imparcial en estos clásicos. A ser más espectador y menos hincha. Una tarea no muy complicada, dada la situación.

El Barcelona es arte. Es fútbol. Es droga. Es unión. Son valores de equipo, de juego en conjunto. El Barcelona es todo y todo es el Barcelona. El Barça es una caricia a nuestras retinas. Es elegante, refinado, distinguido. Este Barcelona es exquisito.

“Real Madrid – Barcelona”. “Barcelona – Real Madrid”. “UEFA Champions League”. “Copa Del Rey”.” Liga BBVA”. Expresiones que en estos días, son música para los oídos de muchos.

Se viene un póker de clásicos. Menos de 20 días. Serán 4 enfrentamientos entre los dos equipos más grandes de la Liga Española. Coexistirán 4 choques Mourinho-Guardiola, CR7-Messi, Casillas-Valdés. 360 minutos de arte pura sobre un campo de juego. Los goles no creen hacerse ausentes en esta hermosa velada. Esperemos expectantes a su llegada, suelen ser considerablemente elegantes para este tipo de celebraciones.

¡Show-time!