julio 10, 2011

El sueño sigue intacto

Otra vez, el Parque Roca fue el escenario. Cantos, euforia y aplausos. Argentina está en semifinales de la Copa Davis nuevamente.



Kazajistán era el rival de la serie. El equipo de Yegor Shaldunov no presentaba una verdadera amenaza para los argentinos en su camino hacia la ‘Ensaladera de Plata’. Tampoco la baja de David Nalbandian por una molestia en sus aductores alarmó al equipo. El objetivo estaba claro y nada los apartaría de este.

Adelantada por las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, el jueves Parque Roca se vio colmado de entusiasmo y expectativas. El tandilense Juan Mónaco sería quien abriese la serie venciendo (6-3, 6-0, 6-4) a Andrey Golubev, consiguiendo así el primer punto para el equipo liderado por Tito Vázquez.

Luego, llegó el turno de Juan Martín Del Potro. A pesar de los 3 años sin jugar en Argentina, el público no tardó en hacerlo sentir en casa. Con la misma seguridad que Pico, venció con superioridad a Mikhail Kukushkin en sets corridos (6-2, 6-1, 6-2). 

Más allá de las individualidades, lo más reconfortante de la serie fue la solidez de la pareja de dobles: Eduardo Schwank y Juan Ignacio Chela. Independientemente del resultado (6-2, 6-3, 7-5 frente a dupla Korolev-Schukin), lo que resulta verdaderamente alentador es la confianza con la cual juraron como conjunto. Un verdadero equipo, una excelente simbiosis.
El capitán Tito Vázquez
y su festejo

Con la serie ganada, Juan Ignacio Chela y Juan ‘Pico’ Mónaco volvieron a salir a la cancha consiguiendo lo que fue la serie ideal (5-0). Sin perder la objetividad, el rival quizá no era el más desafiante. Sin embargo, el resultado obtenido es realmente alentador de cara a la semifinal en Belgrado frente a Serbia, mayor favorito y último campeón.


Hay cosas por mejorar: la unidad del equipo como tal aún tiene bastantes grietas. El lema de Bélgica como nación reza: ‘La unión hace a la fuerza’. Este tiene que ser el paradigma de esta nueva legión argentina. Tenistas extitosos no faltan. El talento está.

El sueño de la Davis sigue siendo una prioridad para el argentino. Por séptima vez en los últimos 10 años, el equipo argentino obtuvo el pase a semifinales. Una hermosa costumbre.